Rodolfo Alonso (1934-2021)

El poeta y traductor argentino falleció el 20 de enero.

Si bien la poesía ocupó tempranamente el centro de su inquietud, Rodolfo Alonso urdió vastos vínculos que, desde la palabra lírica, se proyectaron a la música, a las artes visuales, a la edición y a la gestión cultural. El más joven de la mítica Poesía Buenos Aires, por su cercanía con Raúl Gustavo Aguirre, abrazó tempranamente al surrealismo y desde allí desplegó un abanico tan amplio como abarcador a través de una de sus tareas más destacadas e innovadoras: la traducción. A través de ella introdujo en la Argentina, y buena parte de Latinoamérica, a autores tan destacados como Paul Celan, Cesare Pavese, Montale, Ungaretti, Prévert, Char, entre otros muchos y fue el primer traductor de Fernando Pessoa al castellano. Participó en el mítico Instituto Di Tella, cercano a los plásticos que aparecieran en los 60. Amigo del destacadísimo músico Juan Carlos Paz, ya al frente del Departamento de Cultura de la UBA en 1958, Alonso fundó con el compositor Francisco Kropfl el Estudio de Fonología Musical, primer laboratorio de música electrónica en América Latina. 

Autor de una vasta producción poética, desde Salud o nada (1954), hasta Ser sed, su antología personal desde 1993 hasta el mismo año de su edición, 2018, Rodolfo Alonso fue publicado y traducido en múltiples ediciones europeas y latinoamericanas. Recibió entre muchas distinciones el Premio Nacional de Poesía 1997.

La Biblioteca Nacional le entregó en 2014 su galardón Rosa de Cobre.

Escribió Alonso: “no se acabó esto / mientras brille implacable la luz que desordena / todo lo que debe decirse o ser amado”.

La Biblioteca Nacional Mariano Moreno lamenta profundamente su fallecimiento y acompaña a su familia en el adiós al poeta.