Juan José Sebreli (1930-2024)

El escritor, sociólogo y filósofo argentino falleció el 1º de noviembre en Buenos Aires.

Cuando en 1960 publicó Martínez Estrada – Una rebelión inútil, Juan José Sebreli demarcaba un territorio en el cual desplegaría toda su obra. La figura del radiógrafo de la pampa signaba un estilo ensayístico en el cual la pregunta por los enigmas de la Argentina que acuciaba a las generaciones previas requería una puesta en valor tamizada por la crítica con los saberes del momento. De formación autodidacta, fue miembro de la revista Contorno junto a Oscar Masotta, David Viñas, Noé Jitrik y León Rozitchner, con los que comparte, no sin ostensibles diferencias, un tipo de mirada crítica sobre la cultura y la política.

Inconformista, de firmes pareceres autónomos, Sebreli encarnaba desde aquel primer libro un estilo de interrogar los saberes que constituyen la crítica literaria, filosófica y política, que inspirada en el existencialismo sartreano anunciaba el surgimiento de una generación que alimentará el sueño emancipador de los años sesenta. Basculando entre Sur, donde su artículo sobre Azules y Colorados causó gran polémica, y Contorno, de donde acabó expulsado, Sebreli realizará una suerte de sociología urbana impresionista que en sus libros Buenos Aires, vida cotidiana y alienación (1964) y Mar de Plata, el ocio represivo (1966) coronaron una mirada crítica sobre los modos de habitar las ciudades, hasta entonces parejamente condescendiente. Su Eva Perón, aventurera o militante, del 66, libro del que renegaría, abría el debate sobre la significación de su figura para la saga revolucionaria, en la que señalaba que el pasaje “de la oscuridad de su papel de actriz de segundo plano a la luz enceguecedora del poder más grande que jamás haya ejercido ninguna otra mujer en el país y pocas en el mundo entero” la convertían en la personificación, desde su bastardía traducida en acción emancipadora con vetas feministas, en la representante de los humildes resarcidos de su condición.

Su crítica a las clases altas, por las que sentía fascinación y rechazo, encuentra en La saga de los Anchorena (1985) su versión más acabada. Pero por otra parte Sebreli siempre ejerció la crítica del populismo, ya desde Tercer mundo, mito burgués, del 75 y Los deseos imaginarios del peronismo, de los comienzos de la restauración democrática, donde indicaba un rumbo que seguiría hasta el final de su vida con libros sobre el fútbol, al que fustiga, los mitos colectivos (Comediantes y mártires, del 98, donde desgrana las figuras de Carlos Gardel, Eva Perón, el Che Guevara y Diego Maradona) y numerosos artículos e intervenciones públicas desde la que él mismo denominó su concepción de “liberal de izquierda”. En esa estela publicó en 2002 Crítica de las ideas políticas argentinas y El malestar en la política (2012), dirigido a la impugnación del kirchnerismo en el que veía una forma de “neopopulismo latinoamericano” y “cesarismo plebiscitario” que atenta contra el republicanismo democrático.

Su progresivo distanciamiento con las izquierdas sesentistas se produjo a partir de un viaje a la Cuba socialista en la que Virgilio Piñera le narró las tribulaciones y vicisitudes de su vida de homosexual perseguido en la isla. Hacia 1972 fundó el Frente de Liberación Homosexual junto a Blas Matamoro y Néstor Perlongher, del cual tomó distancia. En algunos de sus ensayos reunidos en Escritos sobre escritos, ciudades bajo ciudades (1997) narra con ecuanimidad minuciosa la historia del mundo de la elección de género alternativa, hasta entonces omitida por las historias culturales.

Su obra filosófica, de gran enjundia -El asedio a la modernidad (1991), El vacilar de las cosas (1994), y El olvido de la razón. Un recorrido crítico por la filosofía contemporánea, del 2006-, arremete contra los postulados de la posmodernidad y los irracionalismos en los que ve el huevo de la serpiente que acoge en su seno los autoritarismos. También ejerció la crítica de las artes en Las aventuras de la vanguardia (2000) y la crítica de las religiones en Dios en el laberinto (2016) sosteniendo el necesario racionalismo provisto por las filosofías modernas. En diversas ocasiones -El tiempo de una vida (2005), Conversaciones irreverentes, en coautoría con Marcelo Gioffré (2018) y Entre Buenos Aires y Madrid, en coautoría con Blas Matamoro, del 2022-, ofreció su autobiografía, que es la de su generación. Desobediencia civil y libertad responsable, en coautoría con Marcelo Gioffré puede ser considerado su legado filosófico político.

El 23 de octubre pasado estuvo presente en la Biblioteca Nacional durante el lanzamiento de El incansable polemista, de Carlos Cámpora, que recorre su trayectoria.

Figura central del pensamiento argentino, su obra fue traducida a varios idiomas. Obtuvo dos Premios Konex de Platino a las Letras en 1994 y 2004, y en 2018 recibió la mención honorífica “Senador Domingo Faustino Sarmiento” en el Senado de la Nación. En 2015 la Legislatura porteña lo declaró ciudadano ilustre, destacando “la importancia e influencia” de su obra. Fue miembro del Consejo Académico de Fundación Federalismo y Libertad. En 2001 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad CAECE (Centro de Altos Estudios en Ciencias Exactas) de Buenos Aires.


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