Para cualquier lector argentino el apellido Fernández Moreno suscita una reminiscencia amable. Setenta balcones y ninguna flor, de Baldomero y Argentino hasta la muerte, de su hijo César, están clavados en la memoria literaria nacional como mojones que señalizan el territorio imaginario que solemos denominar la Patria. Nieta e hija de esa estirpe, la escritora Inés Fernández Moreno produjo un desplazamiento que honra esa herencia.

Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, practicó el periodismo en España, adonde marchó tras la crisis del 2001 y, venciendo los pruritos, a diferencia de sus antecesores familiares siguió el camino de la escritura ficcional. Escribió varias novelas, como No te quiero más, en la que a partir de la aparición de una supuesta novela inédita de su padre escrita durante el exilio desacraliza, con mordacidad divertida, el rol del escritor y el peso de portar tan ilustre apellido. Entre sus obras figuran La última vez que maté a mi madre, La profesora de español y El cielo no existe (por la que ganó el premio Sor Juana Inés de la Cruz en 2014) y libros de cuentos como La vida en la cornisa (Segundo Premio Municipal de Buenos Aires), En extinción (Premio de Cuentos Max Aub) y No te hagas ilusiones, publicado en 2023. Dueña de un estilo preciso con el cual cincelaba cada trazo, afrontó la turbulencia de la creación con desparpajo y el buen humor que la caracterizaba. “Hay mucho allí de herencia familiar. Desde los primeros hasta mis últimos cuentos y también en mis novelas. El ingenio, el doble sentido, a veces cierta crueldad zumbona estaban a la orden del día. El humor, esa distancia que se impone sobre las cosas, tal vez sea una defensa contra el dolor, pero es también una herramienta de la inteligencia, una forma descarnada de observación de la realidad”, expresó en un reportaje.

La Biblioteca Nacional la recuerda con profundo agradecimiento por su enorme generosidad. En el año 2022 donó a la institución el archivo personal de su padre, que trasladó desde Francia, así como ejemplares de libros de su obra poética. La donación de estos materiales incluyó valiosa correspondencia, originales y galeras de imprenta, fotografías y apuntes para clases, como también documentación ligada a distintas ocupaciones de César Fernández Moreno, que desde su exilio parisino alzó la voz en la defensa de los derechos humanos.

Con profundo dolor La Biblioteca Nacional lamenta su partida y acompaña a familiares y amigos en este difícil momento.