14 de septiembre de 1895: nace Ezequiel Martínez Estrada

Ezequiel Martínez Estrada (San José de la Esquina, 14 de septiembre de 1895 - Bahía Blanca, 4 de noviembre de 1964), es considerado el mayor ensayista de la literatura nacional. Fue, además, poeta, narrador, dramaturgo y crítico literario. 

De formación autodidacta, trabajó en el Correo Argentino en Buenos Aires desde 1914 hasta 1946. Apadrinado por Leopoldo Lugones, se inició en las letras con libros de poesía que le granjearon el Premio Nacional de Literatura. Pero con la publicación de Radiografía de la Pampa en 1933 se transformó en uno de los más reputados intérpretes de la condición argentina, cuyos males juzga irredimibles. Su fatalismo telúrico aunado a la crítica acerba del alma popular, que exploraría en La cabeza de Goliat, actualizaban el dilema sarmientino de Civilización y Barbarie. Sin embargo, no dejaba de alertar sobre los peligros de la civilización: llama Holocausto a la conquista del desierto y propugna el respeto por la naturaleza puesta en riesgo por la técnica. Con la llegada del peronismo se retiró a Bahía Blanca, donde una enfermedad de piel de origen psicológico lo tuvo postrado cuatro años. En ese período escribió la que acaso sea su mayor pieza de crítica literaria, Muerte y Transfiguración de Martín Fierro (1948), en el que cifra los males nacionales encarnados en el mito gaucho vuelto historia viviente. Tras la caída del gobierno en 1955, recuperada su salud, se abocó a interpretar el peronismo, al que veía como el ápice calamitoso del país, publicando libelos furibundos en los que vislumbraba sus metamorfosis futuras. En ¿Qué es esto? (1956), que Borges calificaría como “elogio indirecto del peronismo”, es donde agudiza su comprensión del fenómeno al que augura una vitalidad que juzga oprobiosa. Incansable y fecundo, publicó libros de poesía, teatro, biografías y, merced a una estadía en México, su Análisis funcional de la cultura (1960) y la monumental Diferencias y semejanzas entre los países de la América Latina (1962). La revolución cubana, que abrazó con entusiasmo, marcó un giro radical en sus ideas. De su estadía en la isla, donde obtuvo el Premio Casa de las Américas, se destacan sus libros En Cuba y al servicio de la revolución (1963), Martí: el héroe y su acción revolucionaria (1966) y Martí revolucionario (1967), considerados piezas mayores sobre el héroe latinoamericano. Su fervor antimperialista y tercermundista, consolidados en diálogo con el Che Guevara y Fidel Castro, que lo distanció del grupo Sur, convivía con los estudios como Realidad y fantasía en Balzac (1964), publicado en Bahía Blanca, hacia donde retornó con la salud agravada. Entre sus obras póstumas se destacan En torno a Kafka y otros ensayos (1967), Para una revisión de las letras argentinas (1967) Leopoldo Lugones: retrato sin retocar (1968) y Filosofía del ajedrez (2008). Consecuente crítico de los poderes, su herencia humanista sigue instigando a nuevos lectores a la reflexión. 

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